El sacerdote, u otro ministro idóneo, dice las siguientes invocaciones u otras semejantes:
Tú que has sido enviado a sanar los corazones afligidos: Señor, ten piedad. (O bien: Kyrie, eleison).
El pueblo responde:
Señor, ten piedad. (O bien: Kyrie, eleison).
Sacerdote o ministro:
Tú que has venido a llamar a los pecadores: Cristo, ten piedad. (O bien: Christe, eleison).
El pueblo responde:
Cristo, ten piedad. (O bien: Christe, eleison).
Sacerdote o ministro:
Tú que estás sentado a la derecha del Padre para interceder por nosotros: Señor, ten piedad. (O bien: Kyrie, eleison).
El pueblo responde:
Señor, ten piedad. (O bien: Kyrie, eleison).
El sacerdote concluye con la siguiente plegaria:
Dios todopoderoso
tenga misericordia de nosotros,
perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.
El pueblo responde:
Amén.
Tú que has sido enviado a sanar los corazones afligidos: Señor, ten piedad. (O bien: Kyrie, eleison).
El pueblo responde:
Señor, ten piedad. (O bien: Kyrie, eleison).
Sacerdote o ministro:
Tú que has venido a llamar a los pecadores: Cristo, ten piedad. (O bien: Christe, eleison).
El pueblo responde:
Cristo, ten piedad. (O bien: Christe, eleison).
Sacerdote o ministro:
Tú que estás sentado a la derecha del Padre para interceder por nosotros: Señor, ten piedad. (O bien: Kyrie, eleison).
El pueblo responde:
Señor, ten piedad. (O bien: Kyrie, eleison).
El sacerdote concluye con la siguiente plegaria:
Dios todopoderoso
tenga misericordia de nosotros,
perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.
El pueblo responde:
Amén.
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