El sacerdote, u otro ministro idóneo, dice las siguientes invocaciones:
Señor, ten misericordia de nosotros.
El pueblo responde:
Porque hemos pecado contra ti.
Sacerdote o ministro:
Muéstranos, Señor, tu misericordia.
El pueblo responde:
Y danos tu salvación.
El sacerdote concluye con la siguiente plegaria:
Dios todopoderoso
tenga misericordia de nosotros,
perdone nuestros pecados
y nos lleve a la vida eterna.
El pueblo responde:
Amén
Señor, ten misericordia de nosotros.
El pueblo responde:
Porque hemos pecado contra ti.
Sacerdote o ministro:
Muéstranos, Señor, tu misericordia.
El pueblo responde:
Y danos tu salvación.
El sacerdote concluye con la siguiente plegaria:
Dios todopoderoso
tenga misericordia de nosotros,
perdone nuestros pecados
y nos lleve a la vida eterna.
El pueblo responde:
Amén
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